Integratel Perú: Telefónica cambia de nombre a su operación en Perú tras adquisición de Integra Tec

Telefónica del Perú, cuya operación en nuestro país se ha dado bajo la marca Movistar, anunció que adoptará un nuevo nombre tras su reciente adquisición por parte de la compañía argentina Integra Tec. Según informó la organización, la entidad pasará a llamarse Integratel Perú S.A.A., marcando un nuevo hito en su identidad corporativa. Este anuncio fue comunicado oficialmente el lunes 9 de junio mediante un hecho de importancia dirigido a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), en el que se detallaron los procedimientos necesarios para llevar a cabo esta transición.

La adquisición de Telefónica del Perú por parte de Integra Tec se concretó en abril de 2025, con un valor de 3,7 millones de soles peruanos, equivalentes a aproximadamente 900.000 euros. Este movimiento estratégico representa un paso importante en la expansión de la empresa argentina en el mercado peruano, consolidando su presencia en el sector de las telecomunicaciones en la región.

“Se aprobó modificar con efectividad a las 00:00 horas del 10 de junio de 2025, la denominación social a Integratel Perú S.A.A., pudiendo utilizar la denominación abreviada Integratel Perú“, señala el documento.

En el marco de esta transición, la Junta General de Accionistas también aprobó la creación de una nueva clase de acciones preferenciales sin derecho a voto. Estas acciones, denominadas Clase A, otorgarán a sus titulares beneficios como dividendos preferenciales del 10% sobre el monto correspondiente a las acciones de otras clases, así como derechos en caso de liquidación de la sociedad. Además, se delegó al Directorio la facultad de determinar las condiciones de emisión de estas acciones en futuros aumentos de capital.

El cambio de nombre y la reorganización financiera ocurren en un contexto de reestructuración más amplio para Telefónica del Perú. El pasado 19 de mayo, la Comisión de Procedimientos Concursales del Indecopi declaró el inicio de un procedimiento concursal ordinario (PCO) para la empresa, tras una solicitud presentada en febrero de 2025.

Este proceso busca reestructurar las deudas de la compañía mediante un Acuerdo Global de Refinanciación que deberá ser aprobado por sus acreedores. Según un informe contable del Indecopi basado en los estados financieros auditados al 31 de diciembre de 2024, la empresa acumulaba pérdidas de 349,5 millones de soles, superando el tercio de su capital social pagado, que asciende a 276,8 millones de soles.

Los clientes de la extinta marca Movistar, que llegó a Perú el 28 de febrero de 1994 tras la adjudicación de la entonces filial peruana de Telefónica, continuarán recibiendo el servicio en el país bajo la nueva administración.

Tanto la vendedora española como la compradora argentina han garantizado que las operaciones serán transferidas sin impacto alguno para los consumidores. Vale precisar que, hasta el cierre de la operación, Movistar contaba con más de 1 millón de clientes que utilizaban su red de fibra óptica, una tecnología que ha sido expandida en los últimos años.

En este proceso de transformación, el uruguayo Germán Ranftl asumió recientemente como presidente del Directorio de la compañía, con el objetivo de liderar la reestructuración. Este nombramiento se suma a los esfuerzos de Integra Tec por fortalecer su posición en el mercado peruano y garantizar la continuidad de los servicios de telecomunicaciones.

La salida de Telefónica del Perú forma parte de un proceso más amplio de desinversiones de la matriz española en Hispanoamérica. En los últimos meses, la compañía ha reducido drásticamente su presencia en la región, vendiendo operaciones en Perú, Argentina, Colombia y Uruguay, y se espera su salida de México, Chile, Venezuela y Ecuador.

En contraste con su retirada de América Latina, Telefónica ha mostrado interés en expandir su presencia en Europa. Recientemente, la empresa ha iniciado conversaciones informales para adquirir Vodafone España, lo que podría implicar condiciones regulatorias estrictas si la operación se concreta, según Bloomberg. Este movimiento refleja la estrategia de Telefónica de concentrar sus recursos en mercados clave mientras reduce su exposición en regiones menos rentables.

El panorama financiero de Telefónica del Perú ha sido complejo en los últimos años. La empresa ha enfrentado embargos por parte de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) debido a deudas tributarias relacionadas con el Impuesto a la Renta de los ejercicios fiscales de 2009 y 2000-2001. En total, los cuatro embargos sumaron 990,2 millones de soles. Aunque las medidas quedaron suspendidas con el inicio del procedimiento concursal ordinario de Indecopi, no está claro si lograron cubrir el total de la deuda pendiente.

En este contexto, la empresa también afronta deudas significativas con sus trabajadores. Según Víctor Mora, secretario general del Sindicato Unitario de Trabajadores de Telefónica del Perú (SUTTP), la compañía adeuda entre 450 y 500 millones de soles (aproximadamente 136 millones de dólares) en utilidades no distribuidas desde 1998, así como de los años 2000, 2001 y 2017. Mora explicó que, en 2017, Telefónica utilizó la Norma Internacional de Contabilidad NIC 18 para justificar la retención de utilidades, argumentando que los fondos se destinaron al pago de la concesión de la banda 700. Sin embargo, los trabajadores aún no han recibido el dinero correspondiente, por lo que buscan convertirse en acreedores ante el Indecopi.